La historia de la tarta sacher

La historia de la tarta sacher

En la historia de la gastronomía, abundan los ejemplos de platillos y postres con orígenes confusos. Y ya que aquí nos centramos en la pastelería, tomaremos como ejemplo a la tarta sacher, un bizcocho de origen austríaco. Como es de esperar, el chocolate es el protagonista, pero esto no garantizó su permanencia a lo largo de los años, lo cual es bastante curioso. Por ello encaja entre esos éxitos que surgen espontáneamente después tiempo de omisión.

Se cree que fue creado por un joven de apenas 16 años para agradar al paladar de un príncipe. Y aunque causó furor en la ceremonia en la que se presentó, esto no dio paso a una perpetuación inmediata. Al contrario, su trascendencia fue posterior y fue de la mano de otros personajes que se han encargado de mantenerla popular hasta hoy. Aquí te contamos los detalles de la historia de la tarta sacher.

¿Qué es la tarta sacher?

Pero antes de hablar de la historia, presentemos el postre. La tarta sacher es un bizcocho de chocolate dividido en tres partes horizontales separadas por dos capas finas de mermelada de albaricoque. En la parte superior y a los lados, queda cubierto con una capa de fondant también de chocolate negro. Hoy existen muchas variantes del postre, pero el original se sirve con crema batida sin azúcar.

Se trata de un bizcocho esponjoso que, en medio de un universo de chocolate deja espacio para sabores más ácidos como el del melocotón. El resultado es totalmente agradable al paladar general; tanto que ha logrado hacerse un lugar en la historia culinaria de Austria. Hoy la tarta sacher se considera parte de su identidad como país y su historia es motivación para los emprendedores de la industria pastelera.

Un poco sobre su historia

Pero lo más curioso no es el contraste entre el chocolate, la mermelada y la crema batida que lo acompaña. En realidad, lo es su origen que hace alusión a una especie de error, subestimación o simplemente éxito tardío. Para empezar, data de una fecha tan lejana como 1832, lo que ya nos proporciona una idea de la magnitud de su influencia cultural. No por nada la tarta sacher ha sido la inspiración para muchas variaciones.

Según los registros, la tarta sacher fue preparada por primera vez por Franz Sacher, quien para entonces era un joven aprendiz de repostería. La situación era la siguiente: el príncipe y diplomático Klemens von Metternich decidió hacer una fiesta opulenta en la que recibiría importantes invitados. Para la ocasión, pidió la presentación de un postre de cierre exquisito que complaciera el paladar de los degustadores.

Con tan solo 16 años, Franz Sacher se vio en la necesidad (u obligación) de desarrollar dicho postre (que más tarde se llamaría tarta sacher). Y sí, claramente llevando el apellido de su creador con honor. Y es que, por alguna razón que no cuentan los libros de historia ni los cuentos de camino, hubo ausencia; el chef al que se le encargó la interesante tarea no estaba. Entonces se puso manos a la obra y lo logró.

Un éxito tardío

La tarta sacher fue un éxito en la reunión del príncipe pese a las condiciones de “apuro” en que se creó. Pero esta satisfacción no salió de la cocina de la realeza. Entonces su autor continuó trabajando para dicho equipo durante más de 12 años hasta que regresó a Viena con una idea de proyecto. Abrió su propia tienda donde, su hijo mayor, Eduard, se empapó de la afición y decidió dedicarse de lleno también.

Eduard, también talentoso en la pastelería, se formó en la famosa confitería Demel. En el proceso, se dedicó a perfeccionar el postre de su padre durante dicha experiencia. Y, como al parecer el emprendimiento lo llevaban en las venas, más tarde, en 1876, abrió su propio hotel, también con su apellido. Fue allí donde empezó a darse a conocer realmente la tarta sacher, el antiguo postre que deleitó a los invitados del príncipe.

Disputas por el crédito

Ahora bien, los detalles de la preparación de tan exquisito postre parecen estar muy bien resguardados, incluso hoy. Tal ha sido su éxito que incluso ha habido disputas por los derechos sobre la receta entre los Sacher y la confitería Demel. A pesar de ello, hoy muchos pasteleros la usan como base e inspiración para sus arrebatos en la cocina. Incluso puedes pedir la tarta sacher en la Pasteleria Otaegui.